10/14/2013
Somos ricos de VIDA.
La vida, desde que nacemos hasta que morimos. La alegría que supone para una madre el nacimiento de un hijo, y la tragedia que provoca su pérdida. Estamos tan acostumbrados a la vida que no sabemos darle la importancia que tiene realmente.
No somos conscientes de lo afortunados que somos por el simple hecho de poder ver, oír, o incluso correr sin ningún problema. De que pasamos nuestro día a día sin la preocupación de sufrir una grave enfermedad. Porque nos pasamos la vida acomplejándonos, pensando en el qué dirán. Y no nos damos cuenta de que ese tiempo está perdido, tiempo perdido que nos centramos en algo inútil que tal vez podría haber sido un gran momento, o un bonito recuerdo. Pero en cambio no lo hacemos.
También hay que pararse a pensar en la avaricia innata del ser humano. Y estoy completamente segura de que cuando nos ponemos a pedir (ya sea el último pantalón a la moda, el último modelo de móvil, o las gafas de la marca más más cara), nunca terminaremos satisfechos. Sin pensar, a lo mejor, que el hecho de abrir el grifo y tener agua potable, o tener un plato de comida en la mesa todos los días, ya es un privilegio.
Pero hay gente que no sabe valorar la vida, aquellos que se quejan constantemente y desean su propia muerte. Esa gente que desprecian todas aquellas ventajas que se les ofrece no saben lo que se pierden, porque están tan ciegos que no están disfrutando plenamente de sus vidas. Y es muy probable que llegasen a arrepentirse de todo el tiempo perdido.
Yo, personalmente, pienso que, a pesar de todos los obstáculos que nos encontramos, la vida es un regalo que no podemos desaprovechar :)
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